junio 27, 2012

Y luego de 365 soles y lunas . . .

Un año entero, un año con sus días y sus noches, un largo año sin pasar por mi casita, y hoy entré de golpe, sacudiendo el polvo aquí y allá, una que otra telaraña suspendida en el techo y ellas, las palabras ... palabras ahogadas en mi cabeza que hoy se atropellan por salir.

La de cosas que pasan y dejan de pasar en 365 días. Nunca nos fuimos, volvimos de España hace ya nueve meses, hasta ahí llegaron los sueños de marchar lejos, el propósito del viaje cumplido a cabalidad, sendas visas en nuestros pasaportes, maletas de ilusiones y luego, la nada. No pudo ser. Aún no vemos claro en qué momento se torció el camino, pero así fue. 

Y luego, la parte más difícil, la de asimilar el golpe del engaño, la de lidiar con la traición de una amistad en la que veinte años no nos compraron ni un por qué, esa parte ... la que más nos cuesta a todos, la de levantarse.

Pero aquí seguimos, acaso porque ...
  • Somos unidos como una piña.
  • La vida nos regaló una sonrisa ambulante que nos inyecta valor y alegría cada mañana.
  • No nos ha faltado el trabajo y una manera decente de vivir.
  • Ha sido un año intenso, de reír mucho y llorar otro tanto, y ¿acaso no se trata de eso vivir?.
  • Hemos tocado fondo y hoy estamos de pie.
  • Allá arriba hay un ángel que nos presta sus alas para seguir volando alto.
  • Hay un millón de razones para seguir amando.
No les quiero ni me quiero abrumar, pero me hace falta este rincón, de a poquito, más de lo bueno y menos de lo feo, así ... ya veremos. Después de todo, ¡Hoy es un buen día!


- Nuestra sonrisa mañanera -

Y si aún están ahí para compartir conmigo, infinitas gracias.