Seamos responsables con nuestros niños!

Hace dos años la organización "Save The Children" dio a conocer un informe titulado: ¿Un futuro de catástrofes?, en el que analizaba el impacto del cambio climático en la infancia. En este informe se alertaba acerca de la aparición de enfermedades en lugares donde antes no existían, la reducción del agua potable, la consecuente aparición de nuevas enfermedades, y entre otros temas, el aumento en la contaminación de alimentos que afectaría a los bebés, desde el momento mismo de la concepción.

"Save The Children" alerta en primer término sobre el incremento del nivel del mar que ocasionaría el desplazamiento de millones de personas que habitan las zonas costeras, trayendo como consecuencia otras dificultades (vivienda, alimentación, etc.) que podrían poner fin a la vida de los niños. Y seguidamente se refiere a la carencia del agua que provocaría mayores sequías, y la reducción o inclusive la pérdida total de los cultivos, que ocasionarían una mayor hambruna en el mundo.

Sabemos también que la destrucción del hábitat natural de los peces ocasionada por la desalinización del mar como efecto del derretimiento de enormes cantidades de hielos polares, acentuaría aún más el problema del hambre.

¿Qué hacer para que la gente aprenda a darle la importancia que merece este tema vital para nuestra permanencia en el planeta? No es tarde para aprender a ser consecuentes, a respetar nuestro entorno natural, y tratar de educar a nuestros hijos en esa conciencia. Nuestra responsabilidad es legarle a nuestros niños un mundo en condiciones aptas para ser vivido!.

Mi propuesta para "cambiar" el cambio climático es potenciar el uso de energías alternativas. Una de las principales causas del cambio climático son los combustibles fósiles (petroleo, carbón, etc), que además de destruir nuestro hábitat, no son renovables, por lo que nuestro legado sería un mundo árido y una tecnología de energía impracticable.

El uso de la energía solar a través de la tecnología fotovoltáica hará la diferencia en el mundo. La eficiencia de los módulos fotovoltáicos comerciales actuales va desde un 9 hasta un 18%, pero ya existen celdas solares fotovoltáicas con rendimientos de hasta 42,8%, lo cual es superior al rendimiento de una central termoeléctrica de carbón (35%), nuclear (33%) o diesel/gas de última generación (40%), tomando en cuenta que la central fotovoltáica tiene cero emisiones, mantenimiento mínimo (solo los componentes electrónicos) y una vida estimada de casi 40 años. Su único inconveniente sería la inversión inicial, que actualmente se amortiza en un período de 10 años, pero que con las nuevas eficiencias podría disminuir notablemente. Al fin y al cabo, ¿qué importancia tiene el costo inicial?, ¿cuánto nos cuesta el planeta?.

En Venezuela, paradójicamente, cuando el petroleo estuvo en sus niveles de precio más bajos hubo una mayor inversión en energía solar, precisamente para hacer más eficiente la extracción y ahorrar dinero.

Políticamente la energía solar también es correcta, nadie puede atribuirse ser dueño del Sol, y como dicen por ahí "el sol sale para todos", nada más cierto!. La energía solar fotovoltáica es la transformación de la luz en electricidad (fotones a electrones), no es calor, todos tenemos luz, el mundo no debe tener pequeños tiranos que controlen la energía que necesitamos.

Si es el Sol quien determina la vida en la Tierra, la energía solar es un estado mental, hay que creer en ella.

"Cree en el Sol, cree en la Vida"

Revierte el cambio climático! Es por tu planeta, por ti, por los niños!

Él puede dormir tranquilo,
nosotros debemos procurar que así sea!

Este post está inspirado en mi pequeño Santiago, con la ayuda de R. que me ha contagiado su amor por la energía solar, y dedicado a mi superamigo fotovoltáico "Genín" (un abuelo verde, que no viejo, eh!)
:))