Muchas veces me he preguntado de dónde nos llegó la costumbre de incluir, junto con la tarjeta de invitación a una boda, la bendita tarjetica decorada con simbolos de euros, dólares, bolivares (de los viejos), etc. La dichosa tarjetica que nos coloca en el compromiso de dar nuestro obsequio en efectivo, y que nunca sabemos (o al menos yo) cuánto es mucho, cuánto es poco, o cuánto es suficiente?; supongo que eso depende del tipo de relación que se tiene con los novios, y por supuesto del tipo de bolsillo que cada quien posea.
El caso es que mañana se casa una amiga muy querida, y estamos cordialmente invitados, ya pasamos por el paso previo de alquilar los trajes, ardua tarea cuando se está gordito, y en un constante reto con la balanza, porque en esta época y en nuestro país, la verdad no creo que haya muchas personas que se den el lujo de tener el traje adecuado para cada ocasión, así que hoy, dentro de unas horas, recogeré mi vestido, mi chal y mis zarcillos (afortunadamente tenía los zapatos y la cartera, guardaditos, esperando su "momento"); aún faltan las manos, los pies, y la peluquería, a la que odio tener que asistir un sábado!.
Pero lo que más pensativa me tiene es tratar de cuadrar mis aporreadas finanzas, la bonita amistad que tenemos con ella y la tarjeta donde depositaremos la platica (que por cierto, se la haré yo misma, gracias al cursito de scrapbook y tarjetería, ja!).
En esos pensamientos ando, y creo que lo dejaré para mañana, cuando lo haya meditado aún más, si cabe...
El caso es que mañana se casa una amiga muy querida, y estamos cordialmente invitados, ya pasamos por el paso previo de alquilar los trajes, ardua tarea cuando se está gordito, y en un constante reto con la balanza, porque en esta época y en nuestro país, la verdad no creo que haya muchas personas que se den el lujo de tener el traje adecuado para cada ocasión, así que hoy, dentro de unas horas, recogeré mi vestido, mi chal y mis zarcillos (afortunadamente tenía los zapatos y la cartera, guardaditos, esperando su "momento"); aún faltan las manos, los pies, y la peluquería, a la que odio tener que asistir un sábado!.
Pero lo que más pensativa me tiene es tratar de cuadrar mis aporreadas finanzas, la bonita amistad que tenemos con ella y la tarjeta donde depositaremos la platica (que por cierto, se la haré yo misma, gracias al cursito de scrapbook y tarjetería, ja!).
En esos pensamientos ando, y creo que lo dejaré para mañana, cuando lo haya meditado aún más, si cabe...
2 comentarios:
Concho yo pensé que era yo sola la que cada vez que me llegaba una invitación de boda pensaba en TODA la planificación y dudas de cuanto dar en efectivo.
Tengo una amiga que me aconsejo un día: Regala en $ que eso es como el oro cada día que pasa sube mas jejejeje
Disfruta tu fiesta!!! (y guárdame el tip de donde conseguir perchas alquiladas para gorditas jejejeje)
Besos!
Yadi: Gracias por el consejo, jajaja!
Veo que no estoy sola, te guardo el dato...
Un abrazo!
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